(Fecha variable según los países, en función de la observación de la luna)
El ayuno de Ramadán corresponde al noveno mes del calendario de la Hégira. Prescrito en el Corán (especialmente Sura 2, v. 185), es uno de los cinco pilares del Islam. El ayuno del Ramadán requiere que todos los musulmanes sanos y adultos se abstengan de toda comida y bebida, para no tomar ninguna sustancia (incluido el humo) y no tener relaciones sexuales desde el amanecer hasta el atardecer. Están previstas excepciones y aplazamientos a un período posterior para viajeros, mujeres embarazadas y, por supuesto, para los enfermos. Habitualmente los musulmanes se encuentran al anochecer para romper el ayuno compartiendo leche y dátiles; seguido de una comida a la que se recomienda invitar a los más pobres en solidaridad con los miembros de una misma comunidad. Ramadán es para los fieles un esfuerzo sobre sí mismo que asocia cuerpo, corazón y espíritu con la preferencia por marcar la prioridad que uno debe a Dios. La privación de alimentos no vale por sí misma, sino para el lugar que deja al recuerdo de Dios, creador de todas las cosas y misericordioso con los que acuden a Él. Para muchos musulmanes, el mes de Ramadán es también la oportunidad de asistir a las mezquitas para orar durante la noche. Termina con la fiesta de romper el ayuno (Eid al-Fitr), donde a los musulmanes les gusta reencontrarse en la alegría del esfuerzo hecho por Dios.