El “Domingo de la Santísima Trinidad” tiene lugar el domingo siguiente al de Pentecostés.
Esta fiesta comenzó a celebrarse hacia el año 1000, y fueron los monjes los que asignaron el domingo después de pentecostés para su celebración. El Domingo de la Santísima Trinidad fue instituido relativamente tarde, pero fue precedido por siglos de devoción al misterio que celebra.
Celebrar esta solemnidad tiene sentido, puesto que por el Espíritu Santo llegamos a creer y a reconocer la Trinidad de personas en el único Dios verdadero. La Santísima Trinidad es ciertamente un misterio, pero un misterio en el cual nosotros estamos inmersos. Un océano que no podemos esperar abarcar en esta vida.