El año litúrgico de las Iglesias ortodoxas se abre el 1º de septiembre y se acaba quince días después de la fiesta de la Dormición de María, madre de Cristo, o sea el 31 de agosto.
El año litúrgico de las Iglesias ortodoxas se abre el 1º de septiembre y se acaba quince días después de la fiesta de la Dormición de María, madre de Cristo, o sea el 31 de agosto.