31 de Octubre: Día de la Reforma Protestante

A 500 años de la Reforma, si bien no podemos festejar ni celebrar lo que fue una inmensa tragedia del cristianismo en Occidente, sí podemos conmemorar y hacer memoria de lo que ocurrió, para aprender de la historia.

Durante siglos subrayamos lo que nos separaba, y sólo logramos profundizar la división y los malos entendidos. La importancia del punto de partida indicado por Juan XXIII para este Diálogo Ecuménico ha sido radical, y ha permitido –tras 50 años de diálogo luterano católico- cosechar una primicia, un primer fruto esperanzador de unidad: La Declaración común o conjunta de 1999,

Es importante reconocer, como bien enseña el Concilio Vaticano II, que si bien la división de la Iglesia ocurrió “no sin culpa de los hombres de una y otra parte” (UR n.3), los protestantes actuales no son responsables de la desunión. La Unidad de la Iglesia es un don de Dios. Hemos de pedirla juntos, protestantes y católicos, con sinceridad y humildad.